Y, cuando menos te lo esperas, pasa.
- Estás a punto de dormir y se te ocurre la idea perfecta para la campaña de publicidad.
- Cruzas la calle y al llegar a la acera pasa un coche por donde estabas hace medio segundo.
- Ves una oferta, de refilón, y encuentras el trabajo que querías.
- Pruebas un bar nuevo y descubres la mejor tortilla de patata de la historia.
- Vas al médico y os hacéis amigos.
- Visitas una ciudad y descubres el sitio con el que habías soñado tantas veces.
- Conoces a alguien y se te da la vuelta al estómago.
- Ves un anuncio de perritos abandonados en la basura y ya tienes un nuevo compañero de aventuras.
- Pruebas el helado de turrón y se convierte en tu favorito.
- Viajas el finde de peor climatología y tienes solazo.
- Haces una carrera y aguantas toda la noche sin dormir.
- Comienzas a picotear el pan antes de comer y terminas el postre con una cita para hacerte un tatuaje de hermanas.
- Te dejas llevar y conoces un nuevo país.
- Empiezas a garabatear y decides escribir una novela.
- Te lanzas a la cocina y descubres que no se te da tan mal.
- Ves una estampa chula y haces un fotón.
- Coges un día el tren para ir al trabajo y comienzas una nueva vida con la chica del asiento de enfrente.
- Empiezas ese libro y no puedes dejarlo.
- Te levantas un día y descubres que tienes una nueva ilusión.
Mi abuelo tenía razón. Las cosas pasan
cuando menos las esperas.