jueves, 17 de marzo de 2011

Amargor

Con este amargor tan extraño en la boca sigo mirando al frente. Sé que otro golpe va a llegar pero no sé por dónde. No veo bien. El boxeo es un deporte duro y yo no era consciente: empecé a practicarlo por saber cómo era, por liberar tensiones, por probar algo nuevo. Y no puedo dejarlo, no ahora. Estamos en el ring: mi adversario y yo. Evito su mirada pero él me controla. Es rápido, mucho, y yo un enclenque a su lado. Espero el golpe, me viene de frente y no puedo esquivarlo. Caigo al suelo. Se acabó. No recuerdo más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario