Ahí estábamos, los dos. Esperando. Se notaba la tensión. Se cortaba con tijeras. Buscábamos lo mismo. Tantos años preparándonos para ese objetivo, común sin saberlo. Y estaba todo hecho. Solo faltaba esperar. Él o yo. Cara o cruz. Dos personas, un solo destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario