martes, 12 de diciembre de 2017

Perfectamente imperfectos

Nos empeñamos en ser perfectos y no nos damos cuenta de que ya lo somos. Cada uno lo somos en nosotros mismos.

Perfectamente nosotros.

Alto, bajo, gordo, delgado, con nariz respingona, orejas pegadas, orejas de soplillo, pecas, blanco, moreno, rubio, pelirrojo, castaño, deportista, montañero, casero, 'de bares', 'de cine', fiestero, pueblerino o urbanita.

Te pueden gustar las motos, los coches, los montes, los parques, las series, las pelis, el sofá, dormir, cocinar, comer o vaguear.

Y hasta puede que pases tu tiempo libre mirando al cielo, paseando, tomando cañas, viajando, soñando o imaginando.

Y, cuando piensas en tus defectos, te salen algunos, como gruñón, perfeccionista, con risa histriónica, pasota, poco conversador, demasiado hablador, observador (por demás), chistoso (de humor malo), poco cocinitas o desastre.

Da igual como seas. Eres perfecto. Perfectamente imperfecto. Genial. Único. Tú.

2 comentarios:

  1. Pero hay que reconocer que con pecas se es un poquito más perfecto. Quien las pillara!

    ResponderEliminar
  2. Después de leerlo , ����, me encanta , en pocas palabras , muy bien expresado.
    ��������

    ResponderEliminar