1 de septiembre
de 2017
3 años. Primer
día de preescolar. Los padres acompañan a sus niños, por primera vez, al
colegio. Lloros, angustia, emoción, caras nuevas… Ese día no se sabe si lo
pasan peor los niños o los padres.
Unas horas
después, los padres vuelven a esa puerta. En esa en la que sus hijos se han
hecho un poquito más mayores esa mañana. Y los niños van hacia ellos.
Sonrientes o llorosos, corriendo o andando. Saludando o mirando de refilón a
sus nuevos compañeros.
Y aquí empieza el ciclo.
El cole: ese
sitio donde se sabe cuándo se empieza pero no cuándo se termina. Donde
aprendemos. Crecemos. Hacemos amigos. Pasamos buenos, y malos, momentos. Donde empezamos
a leer. Y a escribir. Donde aprendemos cómo calcular la raíz cuadrada de 25. Y
conocemos a Shakespeare. Y hacemos nuestra primera entrada a canasta. Donde nos
examinamos con el test de Cooper. Y donde celebramos festivales de Navidad y
de final de curso.
El cole: donde
amamos y odiamos, por igual, a nuestros maestros y profesores. Donde
empatizamos con unos más que con otros. Donde sacamos punta a cada uno de
ellos. Y les ponemos motes y coreamos canciones. Donde aprendemos de sus cosas
buenas. Y vemos lo que no nos gusta para no hacerlo. Con los que aprendemos a
leer, a escribir, a crecer. Los que nos enseñan matemáticas y conocimiento del
medio. Los que nos hacen pedirnos perdón con el compañero con el que hemos
discutido. Y los que nos dicen cómo hacer las cosas mejor. Los que nos
examinan. Los que nos acompañan a los viajes de fin de curso o a la nieve. Los que
se disfrazan si hace falta. Los que nos escuchan. Y los que nos castigan. Los que nos han decidido que su profesión sea enseñarnos para que aprendamos para la vida. A los que no agradecemos lo suficiente lo que hacen
por nosotros para que seamos los que somos años después.
A los maestros. Y a los profesores. #DiaMundialDeLosDocentes
"La educación es el arma más poderosa que puedes utilizar para cambiar el mundo" (Nelson Mandela)
Besos !!!!
ResponderEliminar