viernes, 10 de febrero de 2017

Pepe 'el astronauta'

Érase una vez un chavalín muy majete que vivía en un pueblo. El chavalín, llamémosle Pepe, quería ser astronauta. Y Pepe hacía todo lo posible por hacer su sueño realidad: cargaba alpacas para hacerse fuerte, corría detrás de las vacas para hacerse rápido, subía y bajaba del tractor para ser ágil, sumaba y restaba las cabezas de ganado para saber contar, miraba las estrellas por la noche para saber dónde tenía que ir, iba a misa para rezar, y bebía quintos para coger fuerza para hablar en inglés. Y así vivía Pepe su sueño. Se preparaba a diario para ello. Y pasaron los años, y el chavalín, ya no tan joven ni tan majete, se dio cuenta de que era fuerte, ágil, rápido y que bebía cerveza como nadie, pero que lo de ser astronauta ya no iba a ser posible porque no había ido a la NASA a preguntar qué necesitaba para ir en un cohete. Así que nada, Pepe se quedó en su pueblo, con las vacas, el tractor, la iglesia y la cerveza y siguió haciendo lo mismo que antes. Pero ya no porque fuera su sueño, sino porque era lo único que sabía hacer. Y Pepe ni fue astronauta, ni vio un cohete de cerca ni aprendió idiomas. Eso sí, bebía cerveza como nadie más en el pueblo. Y, cuando la bebía, por un rato, volvía a ser majete.

No hay comentarios:

Publicar un comentario