Hugo salió de casa y dejó una nota a su madre:
‘Volveré pronto pero no me esperes para cenar’. Y salió por la puerta. En su
habitación, dejó una nota más larga, para quien quisiera leerla:
‘He ido a ver a María, mi compi. Me encanta. Esa
chica tiene todo lo que puedo buscar. Es todo lo que quiero. Y es a la que
quiero. Voy a verla ahora y me voy a declarar. A ver qué me dice. Si me dice
que sí, me voy a ir con ella a vivir a otra ciudad. Los dos solos. Eso
significará que me quiere y que vamos a pasar el resto de nuestras vidas
juntos. Empezaremos de cero, ella y yo. Nadie más. Y formaremos una familia. Así que si no
vengo a cenar, es que mi vida nueva ha comenzado. ¡Enhorabuena, puede que
dentro de unos años seáis abuelos!
En cambio, si vengo a cenar… bueno, si vengo a cenar, o bien pasa
de mí o bien hemos decidido que vamos paso a paso. Mi cara lo dirá todo. Así que,
por favor, no preguntéis. ¡Deseadme suerte! ¡Os quiero!’
No hay comentarios:
Publicar un comentario