jueves, 2 de marzo de 2017

Pues sí. La felicidad no se compra

¿Con qué llegamos? Con nada. ¿Y qué nos vamos a llevar? Nada. Entonces, ¿por qué le damos tanta importancia a lo que tenemos? Está claro que para vivir necesitamos cosas pero, ¿cuáles? Y, ¿tantas?
Soy la primera que tiene mochilas, pantalones, libros, objetos para decorar, collares, pañuelos... Y un sinfín de cosas que utilizo, o no, pero que ahí están. Y, ¿para qué?

  1. Hacen bonito en el salón
  2. Decoran las paredes
  3. Van a juego con algo
  4. Me lo he leído y puede que lo vuelva a hacer
  5. No tengo nada más de este color
  6. Me gusta
  7. ¿Y si lo utilizo para un disfraz?
  8. ¿Y si lo necesito en diez años?
  9. Me gusta (mucho)
  10. Me recuerda algo

Tenemos que ser conscientes de qué tenemos, para qué, por qué... Y no hablo de irnos a vivir a una cueva con taparrabos (aunque a veces me den (muchas) ganas), sino de valorar las necesidades reales que tenemos.

Vamos a preocuparnos de las cosas que merecen la pena. Porque, aunque nos lo vendan así y en ocasiones la busquemos en las cosas, la felicidad no se compra. La felicidad se tiene. Dentro. Solo hay que sentirla.

'La felicidad no es exterior, es interior. Por tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos'  
(Pablo Neruda)


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